Nancie Te Escribe
Me llamo Nancie y tengo 10 años. Vivo en Colette, un pequeño pueblo de Haití, un país muy bonito que seguro que habéis oído hablar de él en los últimos años. Vivo en una zona pobre y que más de una vez nos han atacado ciclones o huracanes que han hecho que perdamos mucho de lo poco que tenemos.
Como a ti, ¡me encanta la escuela! Aprendo muchas cosas y me lo paso genial
con mis amigos. Todos los días voy a un cole de Jesús-María, como muchos de vosotros, que se ha construido aquí con mucho esfuerzo gracias a las religiosas y que puedo disfrutar gracias a la fundación. Tengo mucha suerte. Además, en el cole también me dan de comer, que aquí con tantas catástrofes pasamos mucha hambre.
Este es mi primer año de cole, aunque a vosotros os suene raro que tenga ya 10 años y sea mi primer año, aquí, por desgracia es muy normal, incluso hay gente que no puede venir al cole porque vive muy lejos o tiene que ayudar en casa.
Hablando de casas. Yo vivo con mis padres y mis siete hermanos en una cabaña de barro y paja como la que veis en la foto. Aunque en realidad tengo dos hermanos más, pero se han ido en busca de trabajo y algo de comer.
Mi papa trabaja cultivando la tierra, aunque en nuestro país eso no es suficiente para poder alimentarnos a todos. Gracias a la fundación yo puedo comer en el cole y, por tanto, mi familia puede comer más. Aunque no es suficiente para que podamos vivir toda la familia junta ya que nos siguen faltando muchos recursos. Es muy duro separarte de tu familia.
Mi mamá se encarga de cuidar la casa, de lavarnos la ropa en la orilla del rio y de vender lo que cultiva papá en el mercado. Paso mucho tiempo con ella ya que somos las únicas chicas de la familia, el resto de hermanos son todos varones.
Todas las mañanas, cuando me levanto, voy a buscar agua al rio ya que en mi casa no tenemos agua corriente ni luz. Después, voy al cole con mis hermanos y veo a mis amigos allí y disfrutamos en las clases aprendiendo y jugando en el patio. Antes de irnos, nos dan de comer un plato caliente, suele ser arroz, sopa o alubias. ¡No dejo ni los restos! Ya que suele ser mi único plato caliente del día. También nos dan fruta y verdura. ¡Delicioso!
Cuando llegamos a casa ayudamos en lo que haga falta, suelo tener que ir al rio a coger más agua o para ayudar a lavar la ropa. En ese mismo rio también nos bañamos y jugamos. No hay mucho más que hacer en Collete, la verdad, no tenemos ni parques, ni televisión ni tampoco juguetes por lo que solemos estar mucho tiempo en familia.
Además, es verdad que la vida de las niñas y de las mujeres en Collette, como en tantas partes del mundo, es más complicada que la de los niños o los hombres. Por eso hay tantos proyectos apoyados por la Fundación que buscan dar oportunidades a niñas como yo y mujeres como mi mamá.
Un día importante en Colette es cuando llega la clínica móvil. En Colette no hay médico, sino que, una vez a la semana, una furgoneta enorme que se puso en marcha gracias a la Fundación, viene a nuestro poblado y atiende a los enfermos. En Haití no existe la sanidad por lo que, si te pones malo tienes que pagar las medicinas, las pruebas y el hospital. Imagínate la situación que estamos viviendo ahora con el COVID que muchos no tenemos ni mascarillas ni geles para protegernos.
Aunque todavía queda mucho camino, yo sueño con un mundo mejor, en el que, gracias a mi esfuerzo en el cole, pueda aprender un oficio y trabajar, aunque sea mujer y aquí eso cueste un poco más. Sueño con tener una casa de ladrillos, y no de barro, en la que poder pasar tiempo con mi familia y estar protegidos de los huracanes. Pero esa historia aún ha de escribirse.
Ojalá esa página de la historia de la vida de Nancie y su familia se pueda realizar pronto.
Si escribir a Nancie y tener más materiales relacionados con Nancie y la campaña de sensibilización os esperamos en https://fundacionjuntosmejor.com/nancieteescribe/